“Y sigo caminando, quizá reconociendo que la mejor película, la única, es la vida, la de cada uno”, ha dicho el actor.

Antonio Banderas ha sido envestido por la Universidad de Málaga como Doctor Honoris Causa. La ceremonia se ha celebrado en el Salón de Actos de la Escuela Superior de Ingenierías de Informática y Telecomunicaciones. Fuimos los primeros en ofreceros las imágenes… ¡Ahora sus palabras!

El actor malagueño ha relatado toda su trayectoria profesional comenzando por la década de los 70 cuando, siendo aún un niño, sus padres le llevaban, si se había portado bien durante la semana, a las matinales cinematográficas del ahora reconvertido en teatro, Cine Echegaray… ¡Quién le diría que años más tarde sería él quién estuviese detrás! “Mirando aquella pantalla de cine soñé con convertirme en alguno de aquellos personajes de leyenda, de vivir sus historias, soñé con entrar en aquella pantalla, soñé con cruzar al otro lado de aquel espejo. Lo que no podría intuir, lo que no alcanzaba ni siquiera a imaginar es que emplearía el resto de mi vida para que así fuera”, decía Banderas.

Pero su camino al éxito no ha sido un camino de rosas… Madrid no fue al principio sinónimo de cine y sufrió verdaderas calamidades: “A duras penas logré sobrevivir casi un año sin trabajo, sin ofertas, y sin dinero, pues nunca me llegaron a pagar”.

Antonio ha dedicado gran parte de su discurso a resaltar la ruptura y el cambio que produjo en nuestra cinematografía la llegada de Pedro Almodóvar. “Propone un universo nuevo, distinto, que choca frontalmente con las convenciones tradicionales. Sólo la valentía y la perseverancia le habrían de dar la razón. Después del impacto inicial su lenguaje se iría rompiendo, poco a poco, película tras película”. El malagueño asegura que de alguna forma pasar por sus manos  le pulió su personalidad “como actor y como persona” y así notaba como algo se rompía dentro de él cada vez que realiza una nueva película con el manchego.  Hablar de Pedro Almodóvar era para él obligatorio; el director consiguió reinventarlo, olvidar sus miedos, ensanchar sus posibilidades, olvidar sus complejos y le enseñó a enfrentarse “cara a cara” a “la profesión y la vida”.

Después de deleitarnos como fueron sus comienzos en Estados Unidos y su experiencia como director ha terminado el discurso dirigiéndose a los jóvenes universitarios con estas bellas palabras de aliento: “Sueñen sin límites, amad profundamente aquello que hayáis decidido hacer, creed en vosotros mismos, creed que hay grandes satisfacciones en la dificultad, que el éxito es un estado íntimo y personal, no os detengáis ante los profetas de bocas grandes y corazones pequeños, los sabios del no, los reyes de la perfección para los que todos los demás somos sospechosos, o esos individuos que han hecho de la subjetividad un negocio, no perdáis ni un segundo, ni un gramo de energía con aquellos que dicen estar en posesión de la verdad, de las soluciones, pero que nunca se implicaron, ni les salpicó jamás el reconfortante líquido del error tras el intento fallido”.

Por ello el actor sigue caminando, “reconociendo que la mejor película, la única, es la vida, la de cada uno”.

¡El pueblo malagueño se siento orgulloso de ti Antonio Banderas!

Discurso Antonio Banderas como Doctor Honoris Causa (Universidad de Málaga)