Género: Animación.

Director: Hayao Miyazaki.

Duración: 126 min.

Calificación: TODOS LOS PÚBLICOS.

Sinopsis: Se basa en la vida de Jiro Horikoshi, un ingeniero aeronáutico que diseñó muchos de los aviones de combate japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

Opinión: Hayao Miyazaki siempre ha sido un fan declarado de la aviación y del período de entreguerras: Porco Rosso es una buena muestra. Su padre, además, colaboró en la fabricación del caza japonés Zero diseñado por Jiro Horikoshi, el personaje central de El viento se levanta; un Horikoshi que es evocado, de modo un tanto idealizado, a través de su amor por los aeroplanos, su visión pacifista del mundo y su devoción por sus allegados y familiares, sobre todo por su esposa enferma. Casi un retrato del propio Miyazaki. La cinta, técnicamente impecable, resuelve muy bien el primer aspecto, pero el segundo queda un tanto difuminado al no querer incidir en ciertos temas que repercutieron laboral o personalmente en Horikoshi (alzamiento de los movimientos nacionalistas, poder y represión de los militares), mientras que con el tercero utiliza recursos para emocionar fáciles e innecesarios, pues la historia de amor contiene suficientes elementos dramáticos como para no requerir enfatizarlos. A esto se suma el ritmo pausado y contemplativo que tan bien funcionaba en Mi vecino Totoro, pero que aquí acaba por lastrar la narración impidiendo su despegue. Queda, eso sí, la habitual excelencia musical de Jô Hisaishi, la estupenda recreación de la época y la defensa de la persecución de los sueños e ideales por encima de cualquier obstáculo, pero el regusto final es agridulce.

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