Los últimos días: apocalipsis ibérico
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El fantaterror patrio lleva unos años de enhorabuena. Nombres como Jaume Balagueró, Paco Plaza, Juan Carlos Fresnadillo, Nacho Vigalondo o J.A. Bayona, a los que se pueden sumar los de Elio Quiroga, Nacho Cerdà, Paco Cabezas, Eugenio Mira o José Luis Alemán, entre otros, han aportado una nueva y fresca mirada al panorama y se han hecho conocidos bien entre el amplio público (nacional o internacional), bien entre el fandom del fantástico.
Los hermanos David y Àlex Pastor debutaron en el largo en 2009 con Infectados, interesante thriller apocalíptico producido en los EE.UU. que consiguió destacar entre la maraña de cine de infectados y zombies de los últimos años, y vuelven a abordar el tema de la pandemia en su última película, Los últimos días, cuya trama es la que sigue:
2013. Una misteriosa enfermedad se extiende por todo el planeta. La humanidad desarrolla un pánico irracional a salir al exterior que provoca la muerte de manera fulminante. Pronto, toda la población mundial se queda encerrada en los edificios. Mientras la civilización se desmorona, Marc emprende una odisea en busca de Julia, su novia desaparecida, sin poder salir a la calle.
El fin del mundo, de la civilización tal y como la conocemos, o el Apocalipsis (ya sea bíblico, vírico, nuclear…) han sido poco tratados por nuestra filmografía. Estos son algunos de los títulos que ha dado este subgénero en España:
La hora incógnita, 1963: en plena guerra fría, Mariano Ozores (sí, Mariano Ozores), en una de sus escasas incursiones fuera de la comedia, dirige este drama centrado en los últimos momentos de un grupo de personas que no pueden salir de una ciudad indeterminada en la que va a caer, por error, un misil nuclear. Ecos de La hora final de Stanley Kramer con moralina católica; algo lógico, por otro lado, teniendo en cuenta el contexto histórico.
El refugio del miedo, 1974: un par de parejas aisladas en un búnker tras una hecatombe nuclear es lo que propone José Ulloa en esta cinta. "Ambientada" en New York, las paredes empapeladas y el atrezzo revelan su origen ibérico. Sexo adúltero (pero sin la habitual moralina) y ritmo y tensión que funcionan a ratos.
La casa, 1974: un grupo de personas reunidas en una casa de la que no pueden salir (¿a alguien le suena El ángel exterminador…?), que finalmente resulta ser una nave espacial construida por un perturbado para salvarse de la debacle nuclear terrestre. Angelino Fons dirige esta desconocida marcianada en pleno boom del fantástico español setentero.
Último deseo [aka Planeta ciego], 1976: tras un ataque nuclear, la mayoría de la población se queda ciega y se ensaña con un grupo formado por militares y tipos con pasta que andaban de fiesta con prostitutas (ahorramos los comentarios...). La tetralogía templaria de Amando de Ossorio o La noche de los muertos vivientes de Romero son algunas de las influencias de esta cinta de León Klimovsky con Paul Naschy al frente del reparto. Guión de Vicente Aranda.
Espectro (Más allá del fin del mundo), 1978: Manuel Esteba, director de varias películas de los hermanos Calatrava (ahí queda eso) nos cuenta cómo dos hermanos, científicos ambos, salen a la superficie tras un largo experimento en una cueva para descubrir que la Tierra ha sido asolada y parecen ser los únicos supervivientes. Ecos bíblicos y filosofía de andar por casa, tampoco se puede pedir más.
El exterminador de la carretera, 1983: copia en coproducción con Italia de Mad Max 2, con agua en lugar de gasolina como eje de las disputas de las diferentes bandas motorizadas. Giuliano Carnimeo (aquí Jules Harrison) no se molesta lo más mínimo en camuflar la condición de exploitation de la cinta, ni falta que le hace. Mala como ella sola, es ideal para echar unas risas entre colegas en una tarde de domingo.
El día de la bestia, 1995: un cura, un heavy y un telepresentador deben aunar fuerzas para evitar el nacimiento del anticristo e impedir la llegada del Apocalipsis. La película que dignificó (de nuevo) el fantástico nacional es un non-stop de Álex de la Iglesia en clave de "comedia de acción satánica", que demuestra además el alto nivel de nuestros técnicos en efectos especiales. Personalmente mi cinta preferida del director junto a Muertos de risa.
La hora fría, 2006: un grupo de supervivientes de la Gran Guerra, aislados en unas instalaciones, ven amenazada su supervivencia por los Extraños (unos mutantes) y los Invisibles (suerte de fantasmas que aparecen durante la hora fría del título). Elio Quiroga, con un ajustadísimo presupuesto, consigue una obra a ratos aburrida, a ratos desasosegante, que se eleva en su último tramo con un sorprendente final. Y además sale Silke…
3 días, 2008: Francisco Javier Gutiérrez dirige esta historia de venganza en un pequeño pueblo del sur de España que transcurre durante los tres días que restan para que un meteorito caiga y arrase con todo. Aquí no hay Bruce Willis ni salvadores del planeta, sino pequeñas historias y viejas rencillas, odios enquistados y violencia, personajes muy reales y una tensión muy bien llevada, con una puesta en escena poderosa. Arrasó en el festival de cine de Málaga.
Fin, 2012: unos viejos amigos se reencuentran para pasar unos días en el campo. Al poco sucede algo inexplicable, los aparatos eléctricos dejan de funcionar y todo el mundo desaparece. Poco a poco ellos también lo harán… Insatisfactorio debut de Jorge Torregrosa, que aunque mantiene cierta tensión en su primer tercio, se va diluyendo entre diálogos de guardería, sucesos inexplicables e incoherentes, ecos de Lost (Perdidos), y un final que no cierra ninguno de los enigmas propuestos.
De algún modo, films tan dispares como Extraterrestre de Nacho Vigalondo o la saga [Rec] del binomio Balagueró/Plaza podrían tener cabida en esta lista ya que representan, cada uno a su manera, los primeros días de lo que podría resultar, en última instancia, ese desastre apocalíptico, pero sus respectivos finales no dejan entreverlo con claridad. Así mismo, la serie de Antena 3 El barco ha hecho uso de un desastre global (en este caso, el culpable es el acelerador de partículas) para narrarnos la odisea del Estrella Polar y su búsqueda de tierra firme. Esperemos que Los últimos días sepa mantener la garra y el pulso del anterior trabajo de los hermanos Pastor; sería una gran noticia para nuestro cine. Mimbres para ello no le faltan.
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